28 septiembre 2009

El poder de la palabra.


Quiero compartir una de mis historias favoritas de todos los tiempos, la cual según mi percepción tiene mucho de cierto, y cada día trato de tomar esto en cuenta, aunque a veces suelo olvidarlo.

Historia: El poder de la palabra.

Un grupo de ranas viajaba por el bosque y de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo. Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo, cuando vieron cuan hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos prácticos, se debían dar por muertas.

Las dos ranas no hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus esfuerzos serian inútiles.

Finalmente, una de las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomo y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.

Una vez más, la multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero la rana saltaba cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del hoyo; cuando salió, las otras ranas le dijeron:

"Nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de lo que te gritábamos".

La rana les explicó que era sorda y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y salir del hoyo.

Moralejas:

1. La palabra tiene poder de vida y muerte. Una palabra de aliento compartida a alguien que se siente desanimado puede ayudar a levantarlo y finalizar el día.

2. Una palabra destructiva dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.

3. Una persona especial es la que se da tiempo para animar a otros.

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